[4] <...> (3) Recluta en los campos a gente sin recursos o desesperada. Una vez reunida esta tropa, a cuantos miembros de su pueblo encuentra los suma a su bando; (4) los anima a tomar las armas por la libertad de todos y tras reunir un gran contingente logra echar a sus rivales, por quienes había sido expulsado poco antes. (5) Es proclamado rey por los suyos... (9) Al mayor celo añade la mayor severidad en el mando; con la dureza del castigo empuja a los indecisos. (10) Así, por cometer una falta más grave mata con fuego y con toda clase de tormentos, mientras que por algo más leve los envía a casa después de cortarles la nariz o sacarles un ojo, para que sirvan de aviso a los demás y con la dureza del castigo aterroricen a otros. Cayo Julio César De Bello Gallico VII, 4, 3-10 passim |
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