[19] (3) Los hombres tienen sobre sus esposas, así como sobre los hijos, derecho de vida y muerte; y cuando muere un cabeza de familia miembro de un linaje más ilustre, se reúnen sus allegados y, si hay alguna sospecha sobre su muerte, someten a las mujeres a un interrogatorio de los que se hacen a los esclavos y, si se confirman las sospechas, las ajustician tras torturarlas con fuego y con toda clase de suplicios. Cayo Julio César De Bello Gallico VI, 19, 3 |
||||
|
|