César asesta el golpe final

[93] <...> (5) Al darse cuenta de ello, César dio la señal a la cuarta línea, a la que había formado con seis cohortes. (6) los soldados acometieron rápidamente y con las enseñas en alto a los jinetes de Pompeyo, con tanta fuerza que ninguno de se mantuvo en su sitio y todos, dándose la vuelta, no solo abandonaron la posición sino que sin detenerse, huyendo a galope, buscaron refugio en unos montes bien altos. (7) Una vez quitados de en medio estos, todos los arqueros y honderos, abandonados, indefensos, sin protección, fueron masacrados. (8) En el mismo ataque las cohortes, aunque los pompeyanos seguían luchando y resistiendo en formación, rodearon el flanco izquierdo y se lanzaron contra ellos por la espalda. [94] (1) Al mismo tiempo César ordenó que la tercera línea, que había permanecido quieta y se había mantenido en su posición hasta ese momento, se pusiera en marcha. (2) Así, al relevar las fuerzas de refresco a los que ya estaban fatigados, mientras que otros atacaban por la espalda, los pompeyanos no pudieron resistir y todos emprendieron la huida

Cayo Julio César Guerra Civil III, 93, 5-7

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Antología De Bello Civili