[III 90] Al ejército cuando con militar costumbre hacia la lucha arengase y sus hacia él del permanente tiempo beneficios proclamase, principalmente recordó: como testigos él a los soldados poder usar, (de) con cuánto empeño la paz haber buscado; <...> Y ni él nunca abusar de la de los soldados sangre ni la república de uno u otro ejército privar haber querido. Este tenido discurso (con) los apremiantes soldados y por el deseo de lucha ardientes la trompeta la señal dio. Cayo Julio César Guerra Civil III, 90 |
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