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Desde allí marcharon a través de de los cálibes jornadas siete parasangas
cincuenta. Estos eran de los que atravesaron los más belicosos, y hasta las
manos iban. Tenían corazas hechas de lino hasta el abddomen, y en vez de las
bandas cuerdas apretadas trenzadas.
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también grebas y cascos y
junto al cinturón un cuchillo pequeño cuanto una navaja espartana, con el cual
degollaban de los que pudiesen apoderarse, y habiendo cortado las cabezas
teniéndolas marchaban, y cantaban y bailaban cada vez que los enemigos a ellos
de verlos estaban a punto. Tenían también una lanza como de quince codos una
punta teniendo.
Jenofonte
Anábasis IV, 7, 15-16
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