[III 53] Pero en el fortín nadie fue en absoluto de los soldados, quien no fuese herido, y cuatro de una cohorte centuriones los ojos perdieron. Y, cuando de trabajo suyo y peligro testimonio aportar quisiesen, millares de flechas alrededor de 30 hacia el fortín lanzados a César mostraron, y el escudo ante éste llevado de Esceva el centurión, hallados fueron en éste agujeros ciento veinte. Cayo Julio César Guerra Civil III, 53 |
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