[1.2.17] <...> Espontáneamente se produjo la carrera de los soldados hacia el campamento, [1.2.18] y un gran miedo entre los bárbaros, y la Cilicia salió huyendo en su carroza y los que estaban en el mercado, abandonando las mercancías, emprendieron la huida. Los griegos llegaron al campamento entre risas. La Cilicia quedó asombrada al ver la magnificencia y el orden de las tropas. Ciro, por su parte, se alegró al ver el miedo que los griegos inspiraban a los persas. Jenofonte Anábasis I, 2, 17-18 passim |
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