De esta
palabra proceden cultismos
como auricular y palabras patrimoniales como oreja. Esta última,
partiendo del acusativo, ha sufrido los siguientes cambios:
- Caída de la nasal final.
- Monoptongación de au en o.
- Apertura de i breve en e.
- Síncopa de u postónica
- Velarización del grupo -cl-.